jueves, 23 de julio de 2009

Babel (o Composición tema: los intelectuales)

JLS escribió:

"Alguna escritura académica en filosofía es pura ensalada de palabras, verborrea, galimatías, un "enyerbado" hermenéutico que empalaga. Fastidia.
El comentarista, el interprete "complejiza", brinda "interpretaciones profundas" (!!) acerca de un tema o de algún autor; pero, al fin y al cabo, a uno le queda la impresión: "por qué no habré leído al autor comentado directamente" (...)"

Cuando terminé de leer el post, y como siempre me la quiero dar de vivo, me dispuse a comentar. El asunto se me fue de las manos y terminó saliendo lo que sigue (me disculpo sobre todo por el exceso de comillas):

Curiosamente, a pesar (y algunos dirán "por culpa") de mi nula experiencia académica, me encuentro bastante seguido en el estado anímico descrito en los primeros párrafos de tu post. “Académicamente" se exige precisión método) y al mismo tiempo originalidad ("perspectivas" o "propuestas" novedosas). Y eso es algo que no termino de entender.

Para exigir precisión (intersubjetivamente evaluable), el método --o en su defecto, los problemas-- deberían ser algo bien definido, compartido, estable, etc. El avance de la filosofía sería algo similar al ideal de "progreso" naturalista que animaba a ese fideísmo cientificista que algunos llamaron positivismo. En ese marco, parece que hay esperanza para los "obreros de la filosofía", porque la tarea es extraer laboriosamente "datos" o "conclusiones" completamente legitimadas por el "método" o los "problemas" compartidos. Pero aquí "originalidad" adquiere un matiz más bien pecaminoso, y ciertamente no es algo que se pueda exigir.

Por otro lado, si lo que se exige son "perspectivas novedosas", "interpretaciones originales"(atención al insospechado oxímoron) etc., no veo cómo todo esto pueda ser evaluado intersubjetivamente. Por ejemplo, ¿cómo evaluar la "originalidad" de una tesis si no es en referencia a un marco estable en el cual dicha tesis se "destaque" por contraste? Pero, si el ideal es la originalidad y la novedad,¿cuál será ese marco de referencia, y por qué será estable? ¿Tendremos que preocuparnos solamente de "sorprender" a los jurados? Tenemos el ejemplo del "arte moderno". ¿Qué impide que terminemos en el equivalente del mingitorio de Duchamp? Y peor aún, ¿qué impide que terminemos siendo esa triste mezcla de artesano(copista) y embaucador descarado por la que se reconoce fácilmente a los "artistas consagrados" de hoy en día? ¿Dónde queda la "revolucionaria originalidad" del gesto de Duchamp?

Por supuesto, actualmente ningún intelectual que se respete se atrevería a defender ninguna de tales opciones extremas. Hacen algo mucho más razonable, hacen cosas más "políticamente correctas". Escriben papers que llevan la vaguedad el paroxismo del rigor, sorprenden a todos apegándose a un método tan estricto como incomprensible, alcanzan la más revulsiva vulgaridad a fuerza de solemnidades consagradas por la tradición o por la moda. Es toda una actividad, hay que reconocerlo. No es fácil, y acaso amerite las becas o la módica fama que les depara el acontecer académico. Lamentablemente, ni siquiera estos ilustres ingenios se las arreglan para explicarnos por qué habríamos de interesarnos más por ellos que por los obreros de la fábrica de mingitorios.

El hecho de que un servidor los haya considerado lo suficientemente importantes como para dedicarles un post, puede servir de prueba de que este triste amanuense no es, después de todo, ajeno a su estirpe . Y es que uno tiende a preocuparse por la familia...



Qué lindo sería...

..si nos dibujara Liniers.
Después de las dos entregas más crueles de su historia, Ricardo Siri se gana en buena ley el amor incondicional de sus lectores.

Crónica del desasosiego (con final feliz):

21 de julio
22 de julio

miércoles, 22 de julio de 2009

Piedra Libre (o De cómo plagiar —mal— a Wittgenstein)

1. La única manera de aprender a jugar el juego es jugando el juego.

1.1 La esforzada redacción de minuciosos reglamentos no es más que una manera de jugar el juego.

1.2 El aplicado análisis de arduos compendios de estrategias memorables es sólo una de las jugadas posibles (entre muchas otras).

2. Reconocer que hay ciertas reglas de las que no podemos escapar es reconocer, sencillamente, que estamos jugando el juego. Y que son nuestras huellas en la arena las que van dibujando los límites de la cancha.


miércoles, 15 de julio de 2009

La cuestión de la profilaxis (Infantil bizantino)

Según cuentan, en mi barrio todos somos "hijos de dios". La otra siesta lo discutimos, y parece que la onda es que compartimos cierto código genético con el fulano. Sin embargo, a algunos de nosotros, los de la otra calle nos llaman "hijos del maligno". Suponemos que esto se debe a que es el diablo quien nos alimenta y nos cobija. Por las noches nos lee historias de hechiceros, marineros y dragones, y eso nos gusta. Claro que por la mañana nos arrastra a clase de educación sexual, y eso no siempre es divertido.
Intentan convencernos de visitar periódicamente a nuestro padre biológico, pero nosotros somos caprichosos, y preferimos quedarnos haciendo la tarea que pisar la casa de un buen señor que no se molesta en utilizar preservativos. ¿No se entera de que en el barrio cada vez somos más? ¿Nadie le avisa que le corresponde hacerse cargo?
Los vecinos casi nunca responden más que con algún inspirado escupitajo. Aunque se ve que se ponen un poco nerviosos, porque generalmente se van a seguir torturando gatos, o a bajar gorriones a pedradas. Ese tipo de cosas parece que los calma.


domingo, 12 de julio de 2009

Halting problem

Últimamente el tipo se está sintiendo bastante estúpido y bastante solo. Peor: se le acaba de ocurrir que ambas cosas son en realidad una misma sensación, y que usar dos palabras para describirla es probablemente innecesario. Aún así, es incapaz de encontrar una expresión más económica.
Quizás si hubiera alguien con quién conversarlo, o si le hubiera sido concedido un mínimo de materia gris, el resultado sería diferente. Pero, por supuesto, en el actual estado de cosas tampoco tiene manera de asegurarlo.

Petición de principio (o algo por el estilo)

Me parece que sería interesante preguntarse si el principio de caridad es nada más que una instancia del principio de razón suficiente, o si (¿por el contrario?) el principio de razón suficiente no es más que cierta hipóstasis metafísica del principio de caridad.

Digo, sería interesante pensarlo, aunque a la mayoría de quienes lean esto no les interese demasiado. Si publico esto es sencillamente para obligarme a seguir pensando (aunque ustedes no tengan la culpa de mi estupidez).