jueves, 30 de noviembre de 2006

Moscas de fuego (con instrucciones)

Afuera ya tan de noche que hasta parece un mundo en paz. Es el campo el que se mueve, mientras uno persiste firme y pacientemente acomodado en su butaca.
También afuera --acaso en otra galaxia-- las luciérnagas juegan a defender hasta la muerte su intermitencia sutil y descarada. Ahí es cuando a uno le entra hambre de infancia; y es cuando uno se da cuenta de cuánto falta aun para llegar.
Es una nostalgia un poco tonta, es cierto; pero ya no se puede evitar querer ser (y de alguna manera ser) ese cazador de cinco años, sucio, cansado e inmortal --que nunca fuimos--. Respirar ese aire limpio de bajezas y pasado, atravesar fronteras que todavía elegimos desconocer; ser el oscuro y furtivo emperador entre las luces.
Ponerlas en un frasco de vidrio con agujeritos en la tapa y después, como si fuera la cosa más natural del mundo, apoyar el frasco en la mesita de luz y desafiarlas, o aceptar su desafío, de ver quién se apaga primero.

La piedra en el zapato

Hace ya bastante tiepo, Nietzche escribía algo así como: "no me molesta que me hayas mentido lo que lamento es que ya no podré creer en tí". Hace un poco menos, yo lo leía y reflexionaba: "bah, qué novedad!". Al parecer no había necesitado del aigo Federico para comprender esa mecánica tan fundamental. Lo curioso es que ni entonces ni ahora me es posible escapar del mal sabor de boca que dejan para siempre las mentiras descubiertas.
El infierno del cínico es ser demasiado débil para creer el engaño. O demasiado perezoso para salir a buscar patrañas nuevas que valgan la pena y el esfuerzo de la fe.

martes, 21 de noviembre de 2006

Verdugo de horizontes

Lo tuyo es muy triste, hermano. Cada vez que ves algo lindo, no tardás en despreciarlo y despreciarte.
Y ensguida nunca más, otra vez nunca más. Una cajita impenetrablirrompiblinvisibl intangiblinjustificablinciertainexplicable. Y sin embargo, vos adentro. Vos o lo que queda de vos, que es lo único que siempre hubo.
Si pudieras, o si tuvieras ganas, no tardarías en arrasar el universo.
Tenés un Big Bang al revés creciendo allá profundo. Y rápido. Y para siempre.
Tenés frío, hambre y sueño.
Tenés vergüenza, y piedad; propias, y también ajenas.
Tenés todo lo que se puede tener.

Y entre otras tantas cosas,
tenés razón.

lunes, 20 de noviembre de 2006

Presente Histórico

A veces, cuando Juan se levanta temprano cree descubrir que el mundo tiene olor a mañana. Muchas de esas veces se amonesta severamente por su banalidad y cursilería. Después, enciende un cigarrillo.

Hoy no.


sábado, 18 de noviembre de 2006

La vaca no habla

A ver si me explico. El arte está relacionado con un "hacer"(si no me fallan las etimologías, de allí proviene justamente la palabra). Por eso me causa gracia cuando algún crítico habla del "discurso artístico". Disculpen la simpleza y la redundancia, pero acabamos de ponernos de acuerdo en que el arte es un "hacer", y por lo tanto no puede ser un "decir". Podemos hablar, acaso, de hecho artístico, pero de discurso, nada.
Fue Aira, si no me equivoco, el que declaró que, si lo apurabam, elegía a Rodolfo Walsh por sobre Borges. A mí, si me apuran, declaro sin pestañar que ni falta que hace. Me apuro solo, y para el lado de Walsh, por supuesto. Aunque no lo entendamos del todo, aunque la Historia fije y esconda al mismo tiempo todos los actos del autor, no dejamos de intuir que el tipo está "haciendo" algo cuando escribe Operación Masacre. No estoy proponiendo que una vida ejemplar, o en sintonía con nuestras convicciones, justifique una mala obra. De hecho no importa que coincidamos o no con sus ideas políticas, su militancia, su decisiones, su matirio... la intuición fundamental de que el autor hace algo en el libro, desde el libro y mediante el libro.
La obra de Borges, por otro lado, es esencialmente un "decir", y acaso su mayor virtud es ser la cínica ejemplificación de la paradoja de todo discurso. Su obra es profundamente consciente de sí misma (en tanto que discurso), pero sólo al precio (o precisamente con la intención de) no ser realmente asunción cabal de sí misma (en tanto que acto). Como discurso, y dentro de sus propios límites, todo es justificable, rebatible, defendible o discutible. Lo que carece de justificación, lo que no puede ser traducido, interpretado, refutado, plagiado o reinventado; lo que acarrea siempre su propio sentido (incomprensible, quizás, pero no por eso menos cierto) son los actos.
Es curioso que Borges no se haya equivocado nunca. Es curioso, también, que haya sido su propio peor alumno. Fue él el que no se cansó nunca de declara que el estilo no es más que la suma de los errores del artista. Como siempre, tenía razón. Salvo en lo que astutamente callaba. Y eso era que, a pesar de todo, a él lo que le interesaba era el estilo, y no otra cosa. Concebía la belleza como un accidente, y sin embargo no se privó nunca de las más ácidas y crueles críticas para con sus colegas. Una vez más, el discurso puede mostrarse coherente, dentro de sus propios límites, pero el "hacer" de Borges no es menos contradictorio que el de cualquier otro mortal.
No pretendo se capaz de describir, ni de concebir siquiera, un "criterio de demarcación" entre el "hacer" y el "decir". Personalmente, y de momento, cuento nada más y nada menos que con el recurso mágico a la intuición. Se me ocurre, sin embargo que el acto se diferencia del discurso en que, de alguna manera, refiere a algo más que a sí mismo (ponele Historia, Idea, Totalidad, Dios, Mundo, etc.) El acto está indefenso, está ahí, ocupa un lugar. Mientras que el discurso crea su propio espacio, carece de límites y de referencias externas, no es un lugar y no ocupa ningún lugar. (No olvidemos que Borges se encargó de refutar el tiempo basado en antiguas refutaciones del espacio). Pero cuidado, que ni siquiera entonces se equivocó el viejo, ya que en el último párrafo se encarga de demostrarnos que no es tan chambón como para cree en lo que acaba de escribir. Una vez más es intachable, irreprochable, intachable. Pero no es Borges. Son sólo las bonitas palabras de Borges brillando adamantinas, ubicuas y eternas; como todas esas cosas que tienen poco o nada que ver con nuestra opaca, puntual y efímera existencia.

Ahora estoy mucho menos seguro de haberme hecho entender que al empezar a escribir. Por las dudas aclaro que leer a Borges no es necesariamente una pérdida de tiempo ni mucho menos, salvo que sea lo único qu lean (aunque lo mismo se aplica a casi cualquier otro autor)

Ah, el título del post iba a ser una sentencia latina, que siempre queda lindo y hace que uno parezca culto. Dice más o menos así:

RES NON VERBA

claro que tampoco me divierte pasar por pretencioso latinista, así que titulé con la traducción al castellano. ..

Amigos nuevos

Si alguno de ustedes se molesta en leer los comentarios, seguro ya habrán llegado a estos dos extraordinarios blogs, por las dudas les pongo los links acá


Centinela implacable, de Marcelo Arbillaga (una especie de celebridad de Rio Cuarto, por lo que parece). Excelentes poesías, y unas imágenes hermosas. Visítenlo ya!

Moon in a Silver Bag , es de Memo. Memo es de México, D.F. Otro gran blog. (...y?, qué están esperando para visitarlo?

Ah, perdonen que no ponga estos links como se debe (al costadito de la página y todo eso). Pasa que no la tengo muy clara con el HTML. Prometo averiguar cómo se hace y poner una lista de blogs decente.

domingo, 5 de noviembre de 2006

Roberto Arlt y el estilo

A ver si ahora se entienden un poquito mejor algunas de las críticas anteriores:


Prólogo a Los lanzallamas
Palabras del autor (1931)
ROBERTO ARLT

Del libro Los lanzallamas (Ed. Losada, Buenos Aires, 1977)

Con Los lanzallamas finaliza la novela de Los siete locos.
Estoy contento de haber tenido la voluntad de trabajar, en condiciones bastante desfavorables, para dar fin a una obra que exigía soledad y recogimiento. Escribí siempre en redacciones estrepitosas, acosado por la obligación de la columna cotidiana.

Digo esto para estimular a los principiantes en la vocación, a quienes siempre les interesa el procedimiento técnico del novelista. Cuando se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el Diablo están junto a uno dictándole inefables palabras.

Orgullosamente afirmo que escribir, para mí, constituye un lujo. No dispongo, como otros escritores, de rentas, tiempo o sedantes empleos nacionales. Ganarse la vida escribiendo es penoso y rudo. Máxime si cuando se trabaja se piensa que existe gente a quien la preocupación de buscarse distracciones les produce surmenage.

Pasando a otra cosa: se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de su familia.

Para hacer estilo son necesarias comodidades, rentas, vida holgada. Pero por lo general, la gente que disfruta de tales beneficios se evita siempre la molestia de la literatura. O la encara como un excelente procedimiento para singularizarse en los salones de sociedad.

Me atrae ardientemente la belleza. ¡Cuántas veces he deseado trabajar una novela, que como las de Flaubert, se compusiera de panorámicos lienzos…! Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que se desmorona inevitablemente, no es posible pensar en bordados. El estilo requiere tiempo, y si yo escuchara los consejos de mis camaradas, me ocurriría lo que les sucede a algunos de ellos: escribiría un libro cada diez años, para tomarme después unas vacaciones de diez años por haber tardado diez años en escribir cien razonables páginas discretas.

Variando, otras personas se escandalizan de la brutalidad con que expreso ciertas situaciones perfectamente naturales a las relaciones entre ambos sexos. Después, estas mismas columnas de la sociedad me han hablado de James Joyce, poniendo los ojos en blanco. Ello provenía del deleite espiritual que les ocasionaba cierto personaje de Ulises, un señor que se desayuna más o menos aromáticamente aspirando con la nariz, en un inodoro, el hedor de los excrementos que ha defecado un minuto antes.

Pero James Joyce es inglés. James Joyce no ha sido traducido al castellano, y es de buen gusto llenarse la boca hablando de él. El día que James Joyce esté al alcance de todos los bolsillos, las columnas de la sociedad se inventarán un nuevo ídolo a quien no leerán sino media docena de iniciados.

En realidad, uno no sabe qué pensar de la gente. Si son idiotas en serio, o si se toman a pecho la burda comedia que representan en todas las horas de sus días y sus noches.

De cualquier manera, como primera providencia he resuelto no enviar ninguna obra mía a la sección de crítica literaria de los periódicos. ¿Con qué objeto? Para que un señor enfático entre el estorbo de dos llamadas telefónicas escriba para satisfacción de las personas honorables:

"El señor Roberto Arlt persiste aferrado a un realismo de pésimo gusto, etc., etc."
No, no y no.
Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los eunucos bufen".

El porvenir es triunfalmente nuestro.

Nos lo hemos ganado con sudor de tinta y rechinar de dientes, frente a la "Underwood", que golpeamos con manos fatigadas, hora tras hora, hora tras hora. A veces se le caía a uno la cabeza de fatiga, pero…. Mientras escribo estas líneas pienso en mi próxima novela. Se titulará El Amor brujo y aparecerá en agosto del año 1932.
Y que el futuro diga.

Roberto Arlt

Blog de pobre

Quiero blogs de pobres. Quiero blogs escritos en los cibers, con teclados mal configurados, a las apuradas; blogs escritos con urgencia, sin estilo, sin tildes, sin esnobismo. Quiero saturar la red de blogs inconsistentes, inconscientes, amargos, risueños, estúpidos o canallas. De estudiantes que usurpen la banda ancha de la universidad, de oficinistas aburridos adictos al café y al porno de internet (ese que ocupa más espacio en el rígido que todos los documentos "importantes" juntos). De adolescentes tristes y lúcidos que prefieran gastarse las moneditas en gritar algo en mayúsculas antes que en agarrarse a tiros o patadas virtuales descerebrantes y en red.
Lola
, haceme un favor, terminá la carrera de derecho y dedicate a arruinarle la vida a la gente cara a cara, que probablemente va a ser más lucrativo que esto del blog (o incluso el libro ése en el que te editaron el blog). Y ya que estás, haceme otro favor, no te hagas la bilingüe, (aunque lo seas, la verdad no me importa) y reservá el inglés para las citas, de ser posibles de algún libro interesante, y no de estúpidos clichés sacados de películas o series de televisión. No sos Brascó, nena, así que no te vengas a hacer la simpática ni la barroca, porque no das la talla.
Como suele suceder, este post es una reacción, desmedida, si se quiere, a una de las notas "sociales" o "de tendencias" de la revista Veintitrés. Ojo, todo bien con los chicos de Veintitrés, pasa que las cosas que describen suelen ser bastante indignantes. En el número de esta semana, hay un reportaje a una tal Lola Copacabana, otra estúpida con banda ancha y mucho tiempo libre. Madre soltera, estudiante de Derecho, y mantenida por su papi, según la información de la nota. Y la verdad es que no me importa. Prefiero entrar a un blog de "geeks", para mantenerme al tanto de sus entrañables y bizantinas discusiones sobre la última distribución de Linux, antes que dedicar mi tiempo a leer algún pormenorizado (o esquemático, da igual) relato de las pajas de esta histérica nena de de papá, o su "relación" con su vibrador (sic). Creo que ya comenté que escribir un blog es casi la metáfora perfecta de la masturbación; pues bien, postear tus pajas ya es demasiado redundante, sobre todo si no hay nada que lo justifique (un buen texto sería un justificativo, por ejemplo; pero ni ahí).
Aclaro, por las dudas, que esto no es nada personal contra esa tal Lola, a quién no conozco ni me interesa conocer. Es una reacción contra los blogs de "gente bien". Esa gente para quien escribir su diarito en internet es un divertimento más. Esa gente que puede hablar de sexo sin vergüenza ni prejuicios, lo que en el fondo es siempre algo sospechoso. Esa gente que está interesado en hacer un blog "glamoroso", "inteligente", "chic" o lo que ustedes quieran. Para ella/os, el estilo es importante, así como el rosadito de fondo, las imágenes, etc. Sobre todo este tema, prometo publicar el prólogo a Los Lanzallamas, de Arlt. La idea es que detrás de todo eso no hay nada, o mejor dicho, asoma su blonda melena la vieja idea conservadora, estéril, elitista y lamentablemente inmortal: "nada cambia, las cosas son como son, hablemos de pelotudeces sin dejar de ser ingeniosos, que la vida está para disfrutarla, mal que les pese a los pobres imbéciles, incrédulos, pobres, deprimidos y deprimentes arengadores de las causas nobles". Lo cual, bien pensado, también es un planteo político, y de los peores, si vamos al caso.
Ya que estamos, y para que no se me acuse de meter a todos en la misma bolsa, voy a defender a otra "nena de papá", con blog y libro. La chica es Cielo Latini (no sé si es seudónimo o su nombre real); su blog ya no está disponible en la red y el libro que editó se llama Abzurdah. Aclaro que todavía no me lo compré, y no sé si lo voy a hacer. Pero leí extractos, y también notas que le hicieron a la autora. Confieso que me enamoré un cachito. Esta chica fue una anoréxica militante e inteligente que mantenía un blog muy popular sobre el tema, y que llegó a estar muy cerca de la muerte. En las fotos se la ve hermosa (aunque para mi gusto todavía le faltaría subir unos kilitos); pero sobre todo, es de respetar el hecho de que la mina escribe "sobre algo"; cuenta (a aquellos que necesiten enterarse) cómo es eso de planificar metódicamente la autodestrucción. Y, por supuesto, la chica sabe escribir. O sea, una nena de papá (cuyo libro Lola califica de "diario morboso") contra otra nena de papá, que ni siquiera tiene lugar para el auténtico morbo en ese cerebrito de "chewing gum" (queda más cool que decir "chicle", o "goma de mascar") que no para de postear "ingeniosidades" snob.

( "Cielo, ¿me das tu número?")

Lo único que me decepciona un poco es que haya caído en todo ese pozo con la excusa de un estúpido que no le daba bola. Supongo que las mujeres son así (ruego a las eventuales lectoras no se sientan ofendidas, y que me corrijan si les parecer que me equivoco). Son así, decía: capaces de dar caza a la Gran Ballena Blanca sólo si tienen alguien al otro lado del océano a quién llevarle el botín. Lo cual no está del todo mal, porque suelen tener más éxito que nosotros. O sea, si Ahab hubiera sido mujer, Moby Dick ya estaría adornando el cuello de las camisas de su marido, lo cual no la haría ni un poquito menos cornuda, pero ése es otro tema...

miércoles, 1 de noviembre de 2006

El mejor blog del universo

Autoliniers es un blog que se actualiza diariamente con las tiras que publica el dibujante Liniers en el diario La Nación. Sí, lo adivinaron, Quino tiene un hijo no reconocido. Hasta tiene anteojos! (todavía falta la pelada, pero el tiempo hará su tarea...). Si todavía no lo conocen, les aconsejo que lo visiten, ya mismo! A mí me pasó la dirección una amiga, y descubrí que es simplemente lo mejor que existe. Ojo, no es el blog personal del escritor; ése se llama Cosas que te pasan si estás vivo, y también está buenísimo, aunque tiene menos posts, por supuesto.
Hagan un buen negocio: pierdan todo el tiempo que puedan --sí, ese que no se pueden dar el lujo de perder-- respirando la imaginación fresca y luminosa de este genio indiscutible.

Claraboyas y barrotes

La oficina, la PC, el ensordecedor murmullo de la mediocridad. Y poco, muy poco aire. Así durante horas, días, años... ustedes saben cómo es esto.

Aunque a veces, a veces un par de minutos de sol, un cigarrillo y la calma exaltación de la dignidad que se resiste a abandonarnos. Ahí afuera, abrigados en la libertad sin vértigo de la infancia, que nos viene a visitar.

Pero, ¿y si no hubiera el trabajo, el cansancio, el tedio, todas esas infinitas infaltables ínfimas insufribles inefables infamias?Quizá necesitemos un sólido gris de fondo para tanto fugaz arrebato de arcoris. Quién sabe, por ahí ya nos estemos resignando y ni nos damos cuenta. Hasta puede que eso esté muy bien después de todo.
Porque, sinceramente ¿quién soportaría estar despierto toda la vida?