sábado, 31 de octubre de 2015

El celo de los devotos (Preaching to the Choir)

En "Borges en el diván", una reseña de cierta (absurdamente psicoanalítica) "biografía literaria" de JLB, David Foster Wallace imputa al desdichado autor del mamotreto su incapacidad para comprender "lo que hace que un relato de Borges sea borgiano". Pero, entre las muchas (y atendibles) razones para esa conclusión, también sostiene que, a pesar de que su obra es una especie de puente entre el modernismo y el posmodernismo, "en realidad la visión de Borges es mística, y profunda". Y eso, en el mejor de los casos, es confundir las categorías. "Místico" y "profundo" pertenecen a contextos de uso que se excluyen mutuamente. Decir que algo es ambas cosas a la vez es contradictorio o superfluo, y ya es una apuesta por el hermetismo o el sinsentido (una forma de "hacerle el juego" al misticismo). Lo que no deja de ser una movida válida, como tantas otras, pero tampoco explica qué tienen de "borgianos" los relatos de Borges.