Si es imposible lo uno, es imposible lo otro. ¿Desde dónde sumerginos, y hacia dónde, sino es desde y hacia la misma tradición (en la que ya estábamos sumergidos desde antes de empezar)? ¿Con qué romper la historia, más que con herramientas tan históricas como cualquier otra?
Y sin embargo, como bien dicen los que saben, no hay tradición más antigua ni liturgia más revolucionaria que este cotidiano empantanarse entre abismos y murallas...
A pesar de las imposibilidades.
A pesar de tantos sabios consejos.
Y también a causa de todo eso.
A pesar de tantos sabios consejos.
Y también a causa de todo eso.