lunes, 23 de octubre de 2006

Salvo el crepúsculo y otros haikus famosos

Salvo el crepúsculo es, hasta donde yo sé, el título del último libro de Cortázar. No del último en llegar a las librerías, aclaro (ése seguramente consta de una lujosa edición remasterizada de sus cuentos más famosos, o algo por el estilo). Al final de su vida al tipo se le ocurrió escribir una especie de blog de despedida. Hay de todo:

*apuntes varios,

*entradas de algún diario(acaso al diablo le pueda importar si apócrifas o no),

*fragmentos inclasificables o sencillamente nunca clasificados,

*poemas,

*textos en varios idiomas (muchos casi por completo desconocidos para el autor)

*y unas cuantas cosas más...

El título es un guiño al lector más o menos “leido”* (*la acentuación es de mi barrio), así como una trampita bienintencionada al desprevenido ojeador de habla hispana, que puede entusiasmarse con cierto “rescate” de último(s) momento(s), perpetrado con ese brillo ya lejano pero inconfundible de todo genio. Nada de eso. El libro está escrito por un adolescente eterno, desmañado y tempranamente echado a perder por las letras en general y el impúdico ejercicio de la literatura en particular. Y esas cinco sílabas corresponden al último verso del haiku más famoso de todos. Su autor fue, como corresponde, el más famoso autor de haikus, Matsuo Basho (1644-1694). Según Wikipedia, su nombre era, seudónimos aparte, Matsuo Munefusa. Ésta es la dirección del artículo en español: http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho (muy interesante, aunque habría que emprolijarlo un poco).

El haiku en cuestión es el siguiente:

Este camino

ya nadie lo recorre

salvo el crepúsculo.

Matsuo Basho(o)

Lo más interesante del haiku es la forma. Se trata de un poema de tres versos, cuya distribución es la siguiente : 5 sílabas en el primer verso; 7 en el segundo; y 5 en el tercero. Carece de rima y es una unidad formal autónoma; en ocasiones son los versos con que da comienzo una forma llamada haikai no renga, y entonces se los llama hokku, pero todo esto hay tengo que dejarlo a los profesores de literatura, o a su propia curiosidad. (A propósito, el artículo en español para haiku es éste: http://es.wikipedia.org/wiki/Haiku , también está un tanto desprolijo, pero ya se va a arreglar.) Decía que lo más interesante es esa forma, tan reducida, que hace que todo haiku sea virtualmente metafórico. Los lectores tenemos solamente 17 sílabas de donde agarrarnos, y es muy difícil no caer en la tentación, la esperanza o el espanto de que ahí esté contenido el universo. Afortunadamente, los que se dedican a componerlos intentan evitar tamaños vértigos borgeanos; apelando, generalmente, a temas de lo más sencillos (como, por ejemplo, aquellos que contienen todo el universo). De los muchos libros que más quiero, hay uno que se llama “Rincón de Haikus”, y es de Mario Benedetti. /// inciso cortazariano: alegría inmensa del cronopio al enterarse que algún alma caritativa o inescrupulosa ya lo colgó completo de internet: http://www.terebess.hu/english/haiku/benedetti.html ///. En la nota previa se van a enterar de muchas cosas interesantes sobre los haikus, además de extensivas referencias bibliográficas (ah, Benedetti escribe Bashoo donde yo escribí Basho, pero les aseguro que hablamos de la misma persona). Oriental al fin, el viejo resulta ser un maestro en el tema de las 17 sílabas, y confieso que es a él, y no al otro viejo más viejo y más oriental, al que intento plagiar con poca gracia y menos éxito. Aunque se bajen la página, no dejen de comprarse, si pueden, la edición en papel, que es una obra maestra (sin ilustraciones) de la que puede aprender muchísimo más de un diseñador gráfico despistado.

Para que no se les ocurra desconectarse sin leer al menos algunas de esas maravillas, les dejo los que me acuerdo de memoria (no les pongo el número porque no quiero ni espiar el Explorer; total, si cambio alguna palabra y arruino todo, ya saben a quién culpar)

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los grillos rezan

pero son oraciones

iconoclastas

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nada conforta

como una teta tibia

o mejor dos

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el preso sueña

algo que siempre tiene

forma de llave

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el pobre dios

tan solo tan sin nadie

y tan sin vírgenes

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reveló el papa

que no hay cielo ni infierno

vaya noticia

(acá hice trampa, yo me acordaba: “qué novedad”)

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los pistoleros

no se arrepienten / piden

mejores cómplices

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Aclaración: en la poesía existe una convención sobre la métrica. Creo que se basa en el efecto que producen los versos al ser leídos, aunque no estoy muy seguro. Es la siguiente: a los versos terminados en palabras agudas se los cuenta como si tuvieran una sílaba más (“dios”, que es monosílabo y por lo tanto aguda, entre tantas otras cosas); a los terminados en esdrújula se les resta una (“cómplices”); los que terminan en palabras graves se cuentan como están.

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Posdata obligada:

Este post lo escribí para celebrar la primera visita de alguien que no es ni familiar ni amigo íntimo (al menos hasta donde sé) y para prometerles que pienso seguir respondiendo a los posts; al menos hasta donde me dé el tiempo y la cabeza. Aparte, aclaro que no tengo tantas ideas, así que toda colaboración es bienvenida ;)

O sea; no sé si esto se ajusta al protocolo o manual de estilo de los blogs, pero lo que quería decir es:

Muchas Gracias, Marcia.

1 comentario:

  1. Gracias a vos por lo que das, no te conozco personalmente pero te descubro en lo que escribes. Hasta mañana!!!

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