Hay una forma de buscar indicios en el propio pasado que --acaso por una cuestión de perspectiva, o de metodología-- nos hace revivir el triste destino de Edipo. Mientras más rigurosa es la investigación, se hace más evidente que todas las pruebas apuntan a un único culpable que, por supuesto, es uno mismo.
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(Hace años leí
La Pesquisa, de
Saer. Lo entendí recién hace un par de minutos. Este post es testimonio de mi estupidez, mi lentitud, mi perseverancia o mi distracción).
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