(Las palabras que siguen sonarán inevitablemente torpes. No me excuso: este post es probablemente tan innecesario e impreciso como cualquier otro.)
Algunas veces, sin que medie razón aparente, el tipo empieza a ver las cosas como en dos dimensiones. No hay mejor manera de decirlo. Como en una película, o un cuadro. Solamente en esas contadas e impredecibles ocasiones el tipo se siente auténticamente cerca de algo. Si no fuera por cierto malsano pudor, hasta se atrevería a confesarse que sólo en esos momentos se siente más o menos vivo.
Es como una soledad, pero sin culpa, sin angustia. Cuando mira con esos ojos sabe que no son los suyos, pero cuando mira con esos ojos sabe que es él el que mira. (expresiones negligentes, morosas, que se le ocurren tiempo después y que, tiempo después, no significan absolutamente nada)
Un transparente mecanismo de defensa; el sórdido refugio del cobarde; el áspero tobogán de la insanía; o su infatigable estupidez hecha instante: son los diagnósticos más frecuentes (y más fáciles) que el tipo alcanza a proponerse.
Hay que reconocer que todo esto sería bastante triste, si en esa mirada hubiera lugar para la tristeza.
¿Tendrá que cambiar los anteojos?
ResponderEliminarJa ja.
Perdón... El tipo es un genio, que ve en dos dimensiones porque sólo él puede hacerlo, los otros pobres apenas si vemos en una solita, muchas veces ni siquiera en una sola...
Abrazos admirados.
Alicia