domingo, 28 de diciembre de 2008

Las disculpas del caso

Últimamente los posts se han puesto un tanto "profundos", parece. No sé muy bien a qué se debe, pero prometo intentar no ponerme tan pesado en el futuro.

Obviedad #7

Los días (eso que la gente suele llamar "la vida") manifiestan una oscura y nada inexplicable tendencia a vaciarse.

El protagonista de Casa Tomada dice algo así como que "uno se acostumbra a vivir sin pensar". No queda ni el horror, no sobreviven ni el fastidio ni el cansancio.

Creemos buscar la maravilla. Pero lo triste no es que la maravilla sea imposible, sino que es inevitable.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Los asesinos son los demás


"mi pequeña almita baila de alegría"
no es un verso alegre: es un verso cínico, desgarrado.
"La tierra es nuestra", la responsabilidad, de los astros (como "las penas y las vaquitas*, pero al revés). Claro que resulta que la miseria del mundo es nada más (y nada menos) que nuestra miseria; y, porque lo sabemos, es que hoy no queremos saber nada de ella. Reclamamos un zodíaco lejano, un enigmático orden supralunar que dictamine sobre nuestras desdichas, porque al menos así, el misterio está "allá arriba" y acá abajo solamente mi pequeña almita, fingiendo ingenuidad ante historias de nubes y sol.

"con los ojos cerrados no vemos más que nuestra nariz". Consultar constelaciones es una forma entre otras de cerrar los ojos. Que el espacio ilumine nuestros cuerpos todo lo que quiera, que nosotros seguimos sin querer ver. Que nuestra cuna sean las estrellas y la noche, que el viento norte no hiera nuestros huesos.

Sólo el mendigo que somos es capaz de manipular joyas para espectáculo de los ciegos (que nos hemos hecho). Un día, el día en que nos engañamos lo suficiente como para disfrutar la desesperada alegría del niño que se esconde bajo la cama, ése día es "un buen día".

Siempre me asombró uqe toda esta canción habitara en el clima un tanto opresivo de la melancolía. Siempre me pregunté cómo podía ser que un tema que habla "de nubes y sol" dejara tras de sí ese sentimiento de indeterminada nostalgia, de pérdida irreparable, intangible. Nunca antes quise ver que los asesinos no son nunca "los demás", que Marte, Venus y la Luna somos ante todo nosotros.

Todo esto puede parecer una exégesis caprichosa; pero, ahora que lo pienso, poco importa que el mismísimo Charly esté de acuerdo o no con esta interpretación: el tipo escribió el tema, que ya es demasiado. Quizá el verdadero genio radique en poder mostrar lo que incluso el autor no quiere ver. Es posible que, como todo auténtico demiurgo, García no tenga ni idea de lo que hace. Es posible, y sobre todo es tranquilizador, "la locura es poder ver más allá".
Lo incomprensible, lo temible, lo inaceptable, sería un demiurgo cínico y demasiado consciente. Que alguien se refiera a sí mismo como a "una estrella de rock" puede ser signo de banalidad; pero también de esa sabiduría cruel a la que no quisiéramos acercarnos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Sísifo, Bartleby y la escritura

En cierto sentido, el caso de Sísifo es similar al de Tántalo. Podríamos imaginar que ante la perspectiva de la eternidad, librarse del deseo sería un desafío más bien trivial. Sin embargo, el castigo de Tántalo no es la incómoda circunstancia de que la satisfacción permanezca cercana y al mismo tiempo inalcanzable. La condena que le ha sido impuesta es precisamente la imposibilidad de renunciar al deseo.

Del mismo modo, no hay látigo que obligue a Sísifo a llevar a cabo su tarea. O, en todo caso, el látigo es Sísifo, la cadena es ese trabajo que le pertenece únicamente a él, y al que él pertenece por completo.

Podría decirse que el placer y el dolor, la esperanza y la resignación, le son por completo indistintos. Al fin y al cabo, no forma parte de su tarea distinguir entre unos y otros. Es como si en ello residiera justamente su épica, banal, inapelable dignidad.

Enfrascado en una eternidad de otra índole, Bartleby repite “preferiría no hacerlo”. Y así trama un movimiento tan consistente, tan coherentemente idéntico a sí mismo, que termina – o comienza – por anular la repetición.

Sísifo desaparece en el ciclo eterno de su tarea. Bartleby se inventa en un porfiado desaparecer.

Los mitos prescinden del poeta, e incluso de la leyenda. Pero no hay escritor que no sea, a su manera, Sísifo y Bartleby.

Ambos mitos perduran como un gesto: el gesto del que están hechos (entre otras cosas) el arte y el olvido.

domingo, 14 de diciembre de 2008

(not)The best of times - Grandes éxitos

Hace un poco más de tres años, el tipo estaba deprimido y escribía cosas como esta:


"Como por ejemplo ahora, que escribo esto sin saber muy bien con qué objeto. En realidad sí que lo sé, estoy destruyendo el tiempo, como siempre lo hago. El viejo Cronos es sin duda un asesino despiadado, que se nutre de sus crías; pero agarráte los calzones cuando a un pendejito se le mete en la pretenciosa cabecita de mortal encarnar al Edipo más resentido, venenoso e ingeniosamente vengativo que se pueda imaginar. Terrón por terrón -o mejor todavía, aliento por aliento- el muy maldito va desgranando lo más campante los cimientos de su temporalidad. Y por supuesto, ahora tiene puesto el traje de Sísifo, y se sabe derrotado de antemano, y  que le importa, pero por alguna razón (o mejor dicho: por ninguna razón conocida) no puede o no se permite dedicarse a tareas más productivas, como por ejemplo escribir algo bonito o al menos algo ingenioso, aprender a bailar el tango, hacer un curso de cocina, acostarse con una una linda (o fea) muchacha, irse sanamente de putas o descubrir la vacuna definitiva contra la pelotudez crónica. Será que se está más cómodo o todo lo contrario siendo un poco más consciente del movimiento que provoca la náusea."

Ahora el tipo se deprime menos y escribe mucho peor. Será de distraído, o quizá de cobarde, o de puro cínico que se ha vuelto últimamente.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Eterna originalidad del plagio

*

hace milenios
se me ocurrió este haiku
que ya era otro

*



Publicado originalmente en haikus publicos (con nombre casi igual, como pa´despistar, vio?). No sé si "se vale" publicarlo ahora en mi propio blog. Así que si dejan de tener noticias mías, ya saben, me habré convertido en un mártir más de la implacable ira de Nuestro Señor Webmaster.