Según cuentan, en mi barrio todos somos "hijos de dios". La otra siesta lo discutimos, y parece que la onda es que compartimos cierto código genético con el fulano. Sin embargo, a algunos de nosotros, los de la otra calle nos llaman "hijos del maligno". Suponemos que esto se debe a que es el diablo quien nos alimenta y nos cobija. Por las noches nos lee historias de hechiceros, marineros y dragones, y eso nos gusta. Claro que por la mañana nos arrastra a clase de educación sexual, y eso no siempre es divertido.
Intentan convencernos de visitar periódicamente a nuestro padre biológico, pero nosotros somos caprichosos, y preferimos quedarnos haciendo la tarea que pisar la casa de un buen señor que no se molesta en utilizar preservativos. ¿No se entera de que en el barrio cada vez somos más? ¿Nadie le avisa que le corresponde hacerse cargo?
Los vecinos casi nunca responden más que con algún inspirado escupitajo. Aunque se ve que se ponen un poco nerviosos, porque generalmente se van a seguir torturando gatos, o a bajar gorriones a pedradas. Ese tipo de cosas parece que los calma.
Querido hermano mío, que tus palabras sean escuchadas por el grandísimo, jajaja.
ResponderEliminarEste post me obliga a pensar que nuevamente as estado discutiendo con esos textos que soles leer por obligación, aparte de eso veo que eliminaste un comentario que te hicieron lo que me da dos posibilidades, o bien fue escrito por un adorador de Satán el cual comento una estrofa de alguna banda de Black Metal, o bien tuviste la desgracia de cruzarte con un adorador de “nuestro padre” los cuales suelen ser mas peligrosos que el anterior.
P.D.:
nunca pensé encontrarme con el sabio
que me analiza como una ecuación
que espera una respuesta de mis labios
mientras estoy cantando esta canción.
El comentario borrado era mío. Ya no me acuerdo qué decía, pero sé que no me convenció y lo hice desaparecer.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Ah, y feliz día a todos los amigos que pasen por acá!
Está muy bueno el Post, y el comentario me hizo dar ganas de escuchar encuentro con el diablo y admirar los golpeteos que aznar le hace a sus cuerdas. Peor antes de tocar la j en el winamp espero que esto sea leído por personas, no por el randísimo, después de todo, ¿quien puede decir que él se opone al preservativo?
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